El periodo comprendido entre el Renacimiento y el Neoclasicismo es conocido como la etapa pre-científica, abarcando también el Barroco, cuya cronología podríamos datarla desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Aunque conceptualmente y a nivel artístico/arquitectónico son periodos claramente diferenciados, sí que se puede establecer una conexión en cuanto a características constructivas, ya que se emplean los mismos materiales y las mismas tipologías constructivas en el ámbito geográfico que nos ocupa.
El periodo comprendido entre el Renacimiento y el Neoclasicismo es conocido como la etapa pre-científica, abarcando también el Barroco, cuya cronología podríamos datarla desde el siglo XV hasta el siglo XIX. Aunque conceptualmente y a nivel artístico/arquitectónico son periodos claramente diferenciados, sí que se puede establecer una conexión en cuanto a características constructivas, ya que se emplean los mismos materiales y las mismas tipologías constructivas en el ámbito geográfico que nos ocupa. El punto de partida de esta etapa vendría definida, principalmente, por dos acontecimientos: el primero sería la
construcción de la cúpula de la catedral de Santa María de las Flores de Florencia, por Brunelleschi, y, la otra, sería el descubrimiento de una copia manuscrita del libro de Vitruvio, en 1414. El primer hecho determina la resolución de un problema que en la etapa medieval no habían sido capaces de solucionar, suponiendo una forma distinta a la hora de resolver cuestiones constructivas, en especial bóvedas y cúpulas. El segundo, servirá como ejemplo a los sucesivos tratadistas que plasmarán sus conocimiento teóricos y prácticos de arquitectura y de construcción, que según avanza el periodo serán más complejos y profundizando en el carácter científico.